LA PENITENTE Y EL RUISEÑOR
Dicen que de aquel muy lejano lugar
Vino desolada un alma penitente
Tanto dolor cargaba en su interior
Que cobraba sus penas a la gente
Algo fuertemente llamo su atención
De un árbol las ramas verdes admiro
Y es que ahí estaba parado un ruiseñor
Que suavemente al oído le canto…
Y le canto al verla triste con dulzura
De esa alma triste el ruiseñor se enamoro
Canto, canto hasta que llego la aurora,
Y conmovida el ánima lloro y lloro
Desde entonces no hay alma en pena solitaria
Pues esa dama que vagaba tan cansada
Encontrase, a un ruiseñor encadenada
Con el sublime canto, se siente amada
AUTOR
SONIA HERRERA HURTADO
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Siempre hay una melodía en el mundo que nos alimente, que nos despierte; la melodía de la vida es infinita, sólo hay que saber oirla.
ResponderEliminarMuy tierna tu poesía.
Besos para vos.